De acuerdo con las ideas por J- Trueba y J. Akerman, las consecuencias de la revolución industrial inglesa se presentaron con características propias que no se repiten en los países que adoptan las condiciones para desarrollarse industrialmente.
México intentó su industrialización a partir de la Independencia. En 1823, Lucas Alamán inicio la promoción de la Minería. En 1831 se fundó el Banco de Avío bajo el gobierno de Anastasio Bustamante, en Septiembre de 1842, por falta de recursos económicos el banco se declara extinguido por mandato de Antonio López de Santa Anna.
La invasión estadounidense en 1847 y la Guerra de Reforma fue también otro elemento que frenó el escaso desarrollo, en los últimos decenios del siglo XIX se presentó el auge industrial, la aplicación de las leyes de Reforma, que adquieren rango constitucional al incorporarse la carta de 1857, originó un flujo de capitales hacia la inversión industrial.
Conforme ingresaban capitales de inversión se fortalecía el espíritu empresario y de ahorro en el mexicano, se desarrollaba la producción de electricidad y se iniciaba la obtención de materiales energéticos como el carbón y el petróleo. Se llevó a cabo la mayor parte de la construcción de los ferrocarriles, y algunas obras portuarias.
Surgió la gran Siderurgia con altos hornos a base de coque, aparecieron la industria del cemento y la química, los farmacéuticos, y los explosivos. La clase trabajadora era explotada, mientras que las élites, protegidas por el gobierno de Porfirio Díaz, derrochaban su dinero en el extranjero, lo que ocasionó que se desatara la Revolución Mexicana iniciada por
Francisco I. Madero en 1910, que concluyó con la promulgación de la Constitución de 1917 en Querétaro. Se repartió la tierra entre los campesinos, sindicatos, se nacionalizó el petróleo, y se fundaron instituciones de crédito para financiar el comercio, la producción agropecuaria y la industria. Esta política, debida a Lázaro Cárdenas, trazó un eficiente camino a la industrialización.
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Política de Industrialización
El capital, la materia prima y el personal calificado son los requisitos básicos para la industrialización en la época revolucionaria, primero fueron las obras de riego, después la electrificación, y en nuestros días la tecnificación. La inversión constituye el factor primordial del desarrollo industrial, en México esta es mixta, pues la iniciativa privada y el gobierno aportan el capital
La política fiscal se ha dirigido también a la promoción específica de actividades industriales. La política general del de fomento en industrias básicas y necesarias, con la condición de que las nuevas plantas febriles se establezcan fuera del valle de México, cuenta con la limitación de la desigual competencia entre los países altamente industrializados en cuanto a la calidad y cantidad de sus productos-
